Espacio dedicado a temas de Liderazgo, Mejoramiento Continuo y todo lo relacionado con soft-skills

Cómo usar la asertividad en nuestras relaciones interpersonales

Ser asertivo nos permite expresar nuestras ideas de una forma honesta y sincera, sin caer en el irrespeto, la agresividad o los insultos. Esta habilidad no solo mejora nuestras relaciones interpersonales, sino que también fortalece nuestra autoestima y confianza personal.

Al ser asertivos, establecemos límites claros y defendemos nuestros derechos, mientras respetamos los derechos y opiniones de los demás. Es un equilibrio delicado, pero esencial, que nos permite navegar las interacciones diarias con integridad y consideración. En un mundo donde la comunicación es clave, la asertividad se convierte en una herramienta invaluable para construir relaciones saludables y productivas, tanto en el ámbito personal como profesional.

Ser asertivo nos brinda la oportunidad de expresar nuestras ideas de una forma honesta y sincera sin caer en el irrespeto, la agresividad e insultos.

Todos sin distinción tenemos derecho a:

  • Emitir opiniones y ser escuchados.
  • Cometer errores o cambiar de opinión.
  • Realizar pedidos sin entrar en el campo de la exigencia.
  • Dar información sin ser sermoneados.
  • Negarse a hacer algo o contestar preguntas personales o intrusivas sin sentirse culpable.

Ser asertivo nos permite transmitir el mensaje a otros de una forma clara respetando en todo momento los sentimientos de las otras personas y su forma de pensar.

Es muy importante tener presente:

  • Las otras personas también tienen nuestros mismos derechos de ser respetados y escuchados
  • Los derechos de las otras personas son tan importantes como nuestros propios derechos

Formas de interactuar

Hay tres formas de interactuar:

  • Agresivo: es aquel comportamiento que ignora el derecho de los otros.
  • Pasivo: es aquel comportamiento que ignora los propios derechos.
  • Asertivo: es aquel comportamiento que respeta los derechos de todos, inclusive el propio.

Comunicaciones agresivas:

La comunicación agresiva se distingue por ser exigente, controladora y capaz de culpar a otros sin tomar ninguna responsabilidad.  Cuando las personas se comunican de forma agresiva no están respetando los derechos de otros y creen que tienen todo el derecho de exigir y de hablar en un tono dominante y agresivo.

Algunos ejemplos son:

‘Esto es lo que yo quiero que tú hagas’

‘Tú crees que sabes mucho cuando en realidad no sabes nada’

‘Esto es lo mínimo que esperaría de ti; sin embargo, has sido incapaz de hacerlo’

Estas personas se sienten poderosas en sus atribuciones y cargos.

Comunicaciones pasivas:

En la comunicación pasiva el individuo antepone sus propias necesidades para complacer a la otra parte y evitar conflictos a toda costa.

Ejemplo:

‘No espero que consideres mis necesidades’

‘No hay problema, tendré listo el reporte mañana’

En estos casos el individuo se considera y se ve así mismo sin poder alguno. 

Comunicaciones asertivas:

La comunicación asertiva es reconocimiento de los propios valores y derechos para expresar su opinión y sentimientos sin caer en un tono agresivo o exigente y considerando al mismo tiempo los derechos y opiniones del prójimo de la misma forma como si se tratara de los individuales.

Ejemplo:

‘Tengo el derecho de expresar mis sentimientos de la misma forma como tú tienes derechos’

Comunicándose asertivamente

La mejor forma de usar la asertividad como forma de comunicación es usar el pronombre ‘Yo’.

En este punto se debe concentrar en:

  • Determinar el tema o asunto.
  • Indicar claramente los sentimientos acerca del punto.
  • Identificar y comunicar lo que te gustaría que pasara.
  • Expresar los beneficios para todos.

Al usar el pronombre en primera persona se logra lo siguiente:

  • Acepta completa responsabilidad acerca de lo que se siente sin señalar culpables o involucrar a  terceros.
  • Expresa los derechos que tiene al respecto.
  • Expresa lo que siente acerca del hecho y cómo puede afectarle o favorecerle.

Es muy importante notar las diferencias y percatarnos de como interactuamos en nuestro día a día. Toma tiempo pero el primer paso es darnos cuenta de como nos comunicamos.